Un amigo de mucho tiempo le da a Sofi Li una visita repentina. Se siente muy sorprendida pero a la vez complacida porque tienen mucho que discutir y novedades que compartir en un pequeño sofá de la cocina. Sofi Li decide hacer té. Todo es lindo y dulce hasta que de repente se tocan. Aquí es cuando se dan cuenta de que no pueden simplemente sentarse uno al lado del otro con calma y charlar sobre algunas tonterías. Por suerte, sus deseos son los mismos y se apresuran a satisfacer sus fantasías en ese pequeño sofá de la cocina.