Nelly Kent acaba de llegar a su nuevo lugar y conoció a su arrendador, quien se ofrece a ayudarla con todo lo que necesite. Una vez que Nelly comienza a acomodarse, decide meterse en la ducha. El vapor y la temperatura caliente deben haberla vuelto en contra porque decide masturbarse para sentirse realmente como en casa hasta que alguien inesperadamente comienza a llamar a la puerta. Por suerte para ella, es su arrendador una vez más, y esta vez sabe exactamente cómo puede ser útil.