Cuando la interrogaron sobre actividades sospechosas en una tienda minorista, Angel confía en que no hay pruebas de su culpabilidad. Pero cuando los Oficiales de Prevención de Pérdidas Mancini y Nails completan un registro al desnudo, una sorpresa sale de su entrepierna. Si bien no tienen más remedio que mantener bajo su custodia a la joven ladrona, Angel encuentra una manera fácil de convencer a los oficiales de que la dejen correr libre.