Embarcando a la rolliza Léa en su universo hecho de placer sensual entre mujeres, tal fue la idea de esta traviesa Mila. A sus 35 años, la belga aprovecha su celibato para encadenar al máximo conquistas y experiencias. ¡Y cuando vio las curvas de su hija menor de 27 años, y en particular sus magníficos pechos grandes, no pudo evitar contactarla para ofrecerle un montón de cosas indecentes! Evidentemente, este último no se lo quería perder por nada del mundo…