Lo único que parece importarle a Oliver son los videojuegos, y su madrastra, Eliza, está desesperada tratando de comunicarse con él. Un estudio reciente encuentra que lo único que les importa más a los chicos que los videojuegos es el coño, así que Eliza pone a prueba la ciencia. Sus tácticas salen mejor de lo esperado, y pronto Oliver deja los videojuegos y está sobre Eliza.