Molly nunca había causado ningún problema a nadie en su vida. Vivía según las reglas y siempre había sido reservada, pero a la hora de la verdad, tenía un lado pervertido que necesitaba ser alimentado. Pensando que podrá escapar fácilmente, Molly roba en una tienda de ropa local. Pero no es tan hábil como cree y, antes de que pueda escapar, es reprendida por el oficial de prevención de pérdidas Dorian. En la oficina de Dorian, Molly se enfrenta a un estricto interrogatorio.
Ella jura su inocencia, pero Dorian no se lo cree. Después de comprobar las imágenes de seguridad, Dorian necesita que Molly coopere en una búsqueda más exhaustiva. Cuando Dorian quiere realizar un registro al desnudo, Molly sabe que el asunto ha terminado. Se quita la ropa y debajo luce lencería de encaje rojo. Dorian reconoce la lencería en un instante, sabiendo muy bien que es de la tienda. Molly confiesa y explica que ha tenido algunos problemas en casa y que ésta parecía ser su única solución. Dorian no es un alma malvada. Quiere ayudar a la milf sexualmente frustrada. Cree que puede tener un acuerdo del que tanto él como Molly puedan beneficiarse. Dorian ha estado un poco estresado y quiere que Molly le masajee la polla, entre otras cosas. Molly está segura de que esta no es la primera vez que Dorian hace este truco con un ladrón, pero se somete al capricho de Dorian y poco más puede hacer. Al principio, Molly está un poco desconcertada por las demandas sexuales de Dorian. Nunca antes había estado en una posición tan sumisa. Pero una vez que comienza a chuparle la polla a Dorian, estar bajo el control de otra persona comienza a volverse divertido. Molly descubre que ser sumisa la excita enormemente. Su polla le llena la boca por completo, y si quiere correrse sin consecuencias, sabe que tiene que impresionarlo. Se muestra tímida: Molly no quiere que Dorian sepa que está disfrutando demasiado de su pequeña sesión. Cuando Dorian está satisfecho con la mamada de Molly, quiere sentir su coño. La situación ha dejado a Molly muy mojada, pero todavía se muestra tímida, tratando de usar su matrimonio como excusa de por qué no pueden follar. Pero Dorian ve a través de la fachada de Molly. Él sabe que ella se muere por una buena polla desde hace algún tiempo. Dorian inclina a Molly sobre el escritorio y la folla por detrás. Su polla estira a Molly y ella siente que toda la tensión sexual que había acumulado comienza a desvanecerse. Dorian le da la vuelta a Molly y la acuesta sobre el escritorio para poder ver su cara mientras se la folla. Los dos gimen en voz alta, con los ojos cerrados, disfrutando del momento. Dorian y Molly follan en varias posiciones, disfrutando el mayor tiempo posible. Cuando Dorian está a punto de correrse, hace que Molly se arrodille para poder correrse en su boca. Ella deja que su carga gotee sobre su lengua y sigue masturbándolo mientras se corre, creando una sensación intensa. Ella saborea el sabor y toma cada gota que puede. Dorian está tan agradecido que deja que Molly se vaya y se quede con la lencería. Aunque parece que si Molly alguna vez necesita que la follen, puede simplemente robar y esperar encontrar a Dorian nuevamente.
