Todo trabajo y nada de sexo hacen de Donnie un chico aburrido, y con una tormenta de nieve inminente en camino, Donnie necesitará usar a Isabel y Natalie una y otra vez. La fiebre de la cabaña comienza a aparecer y el coño es la única cura. Isabel y Natalie quieren mantener tranquilo al hombre de la familia adoptiva, por lo que renuncian a todos sus agujeros y mantienen a Donnie contento a todas horas del día.