La esbelta Kyler Quinn se inscribió en un curso de filosofía porque quería ser más que una cara bonita, pero cuando llegó a clase no podía creer que un profesor de filosofía también pudiera tener el cuerpo de un dios del sexo. Después de semanas de salir de clase con las bragas empapadas, Kyler es invitado a la casa del profesor Nixon para recibir tutoría individual. Kyler aparece en su puerta con los pezones en posición de firmes, con la intención de sondear las profundidades del conocimiento con él, pero todo lo que puede pensar es que él profundice las profundidades de su apretado y joven coño. Después de solo unos minutos, tiene que correr al baño para tratar de aliviar la tensión frotándose hasta el orgasmo, pero Nixon se da cuenta de lo que está pasando y la invita a cambiar de tema mientras él le enseña a dominar la chupapollas. A Kyler le espera la tarde de su vida cuando su profesor le destroza el culo y termina con el rostro ansioso de su alumno. ¿Quién dice que la filosofía no tiene nada que ver con la vida real?
