Un repartidor, Daniel (Ken Feels), llega a la casa de una adolescente, Carrie (Penelope Woods), con un paquete. Mientras Daniel le da el paquete a Carrie, escucha a un hombre que suena agresivo en el interior. Daniel se preocupa, pero Carrie le cierra la puerta nerviosamente.
Durante el tiempo siguiente, cada vez que Daniel entrega un paquete a la casa, aumentan sus sospechas de que hay problemas dentro de la familia. Sospecha que el padre de Carrie está dañando tanto a su esposa como a Carrie, pero Carrie sigue negando que algo anda mal, lo que hace que Daniel esté cada vez más desesperado por ayudar. Finalmente, Daniel decide tomar el asunto en sus propias manos ya que nadie más lo hará.
Ese fatídico día, Daniel entrega un paquete de vitaminas para el padre de Carrie, pero esta vez parece un poco nervioso. Le dice a Carrie que se asegure de darle las vitaminas al hombre de la casa. Es para él y SÓLO para él. Cuando Carrie le asegura a Daniel que lo hará y cierra la puerta, Daniel toma aliento.
Dos años después, Carrie es mucho más feliz y despreocupada, y Daniel es ahora su nuevo padrastro. Se revela que el padre de Carrie falleció repentinamente de un paro cardíaco hace dos años y que Daniel finalmente se casó con su viuda. Ahora todo está bien en el mundo…
Carrie está encantada de que su padre se haya ido, e insiste en que su vida ha sido mucho mejor desde su muerte. Su padre era cruel y ahora que ya no vive con miedo, la forma en que todo se juntó se siente casi como un regalo. Está muy agradecida por el cambio y por tener a Daniel como su amado padrastro. De hecho, todo salió tan bien que siente como si alguien los hubiera estado cuidando. Todo lo que desea es tener a alguien a quien agradecer por todo.
Mientras Carrie comparte su gratitud y deseos, Daniel parece nervioso. Daniel le pregunta si se refiere a querer agradecer a alguien por deshacerse de su viejo, y ella dice que sí. Entonces es cuando confiesa haber tenido algo que ver en la muerte del anciano. Daniel dice que ya no podía ver sufrir a Carrie, por lo que todas sus acciones fueron por ella: para darle la vida normal que se merecía. Pero para sorpresa de Daniel, Carrie no sólo expresa gratitud por sus acciones, ¡sino también lujuria por él!
Él intenta decirle que esos pensamientos son inapropiados mientras lucha con sus propios pensamientos prohibidos. Carrie señala que los pasos que tomó fueron muy extremos para alguien que sólo tenía intenciones inocentes… y que tal vez inconscientemente él la QUERÍA.
Aunque Daniel intenta negarlo, sospecha que después de todo este tiempo también hubo algo más. Ahí es cuando Carrie enciende su encanto y logra convencer a Daniel de que en realidad solo hay una manera de descubrirlo…
