Otilia no quiere mostrar su cara, le da miedo que la gente que la conoce sepa que es una guarrilla y que estaría todo el día haciendo sexo y comiendo pollas. En cuanto se pone el antifaz se vuelve una bomba sexual, demostrando lo que sabe hacer con una buena herramienta, que tetas y que cuerpo tiene esta señorita, la come despacito con saliva, disfrutándola en la boca y mojándose mientras la disfruta en su garganta, se la coloca dentro de su coño y empieza a gemir como una loca. Le encanta alternar posturas sexuales, arriba, debajo, de perrito, lateral, que cara de deseo y placer se descubre detrás de esa mascara. Para acabar la chica parece toda una profesional enseñando como abrir la boquita y recibiendo su premio a tan buen trabajo, tragándose hasta la ultima gota. Que bien se lo pasa Otilia
