A Johnny The Kid no le encanta nada más que husmear en la habitación de Casca Akashova y oler sus bragas: ¡cuanto más sucias, mejor! Casca se da cuenta de su pequeño hábito sucio y finge salir de la casa, solo para poder espiar en secreto a Johnny mientras él huele sus bragas y se masturba. Ella está casi tan excitada como él, si no más, frotando su dulce coño mientras ve al pervertido hacer lo suyo. Sin embargo, solo mirar a Johnny no será suficiente para satisfacer a Casca, ¡ella quiere la gran polla de Johnny para ella sola!