¿Quién hubiera pensado que Eliza Ibarra era un tiburón de cartas? Bueno, podría barajar el mazo como si lo fuera, pero hoy no es su día de suerte en la mesa cuando se enfrenta a Van Wylde… ¿o no? Eliza cree que tiene la ventaja hasta que Van tiene una racha y gana una mamada. Pero a Eliza no le molesta demasiado la pérdida considerando que le encanta tener la gran polla de Van en la boca… ¡y no dejarán la mesa de juego hasta que él también se la folle!