Gia sueña con el fútbol y su padrastro, Joey, juega un papel importante en su amor por el deporte. Pero su madrastra, Madison, no está interesada en que Gia salga y practique un deporte de contacto, especialmente después de la lesión de Joey. Para ayudar a Madison a relajarse, Joey la recoge y se la come en el comedor. Sin que ellos lo sepan, Gia observa desde la cocina y se toca, curiosa por saber cómo se siente la polla de su padrastro dentro de ella. Afortunadamente para ella, no le toma mucho tiempo descubrirlo, y pronto, los tres tienen un trío familiar reconstituido en la sala de estar.