Cuando Clarke está a punto de contactar a su ex, su ángel guardián Reese aparece para salvarlo de sus errores. Reese pronto se da cuenta de que Clarke solo tiene una cosa en mente, y eso es el coño. Clarke tiene problemas para concentrarse en las cosas saludables que Reese le está haciendo hacer, por lo que decide ceder y ayudar a Clarke a sacarlo de su sistema … ¡con su coño divino!