Es el Super Bowl y Pierce necesita que su equipo salga adelante. Pierce ha estado anticipando este juego toda la temporada y con su equipo en el centro de atención, sus sentidos supersticiosos están en su punto más alto. Y ahora, más que nunca, su hijastra Aria quiere unirse y pasar tiempo juntos. Pierce no puede creer que haya elegido este día para hacer tanto escándalo por salir con él. La esposa de Pierce, Nikki, insiste en que Pierce deje que Aria vea el partido con él. Aria se pone su traje de porrista para poder silbar y gritar durante el juego; esto sólo enfurece aún más a Pierce…
Pero resulta que cada vez que Aria hace algo sexy, al equipo de Pierce le va bien. Siendo del tipo supersticioso, Pierce exige que Aria siga haciendo mensajes sexuales. Sin embargo, cuanto más lo hace, más se excita Pierce. Nunca se dio cuenta de lo jodidamente sexy que estaba su hijastra antes de esto, pero ahora, al verla con una falda corta saltando, comenzó a desearla. Pierce decide que lo más sexy que podría hacer Aria es jugar con la polla de su padrastro. Esto no sólo garantizaría una victoria para su equipo, sino que también significaría que podrá follarse a su dulce chica. Aria chupa la polla de su padrastro, dejando que su eje se adentre profundamente en su garganta. Pierce le devuelve el favor y deja que Aria monte su cara, dejando que todos los jugos de su coño fluyan por su barbilla. Este tiempo de calidad es exactamente lo que Aria necesitaba para sentirse más cerca de su padrastro. Aria deja que Pierce golpee duro su apretado coño. Cuando Pierce está a punto de correrse, Aria se arrodilla para que Pierce pueda cubrir su cara con una carga enorme. Todo su arduo trabajo vale la pena y asegura una victoria para el equipo de Pierce.
