Amber recibe una noticia bastante agridulce de su madre, Nikki: su abuelo Evan vendrá a visitarlos, pero el pobre ya no es quien solía ser y le queda poco tiempo en este mundo. Sorprendida por la noticia, Amber acepta que, pase lo que pase, ella estará ahí para su abuelo, y él disfrutará al máximo el tiempo que le queda, acompañado por su nieta favorita. Lo que ella no sabe es que Evan simplemente inventó todo porque se siente solo y cachondo. Aún así, una pequeña mentira piadosa no puede hacer daño si el travieso abuelo recibe un poco de atención bien merecida de su familia de la manera más obscena posible.