Hay días en los que cuesta arrancar. Parece que el cerebro no funciona y el cuerpo no responde. Lo segundo se soluciona rápidamente con una rubia como Samanta Sainz que te hace hervir la sangre y que a su vez te resta flujo sanguíneo transportándolo de arriba hacia abajo. Resultado, no hay ideas para la escena con lo cual habrá que encender la cámara, improvisar y ver por donde nos lleva Samanta. En cuanto coge sus gafas y se las pone ya tenemos la idea para hoy. Nos vamos a correr en sus gafas.
