McKenzie le pidió a su hijastro Robby que limpiara la casa mientras ella no estaba, pero llega a casa y lo encuentra durmiendo en el sofá drogado. Robby pronto recibe una llamada telefónica de su padre para disculparse con su madrastra, a lo que él también accede con gusto. Cuando la encuentra, entra y la encuentra masturbándose y ella no tiene ningún problema con eso, de hecho, la disculpa que está buscando involucra que él le dé un beso en los labios, el otro conjunto. Por suerte para McKenzie, Robby es bueno para disculparse de varias maneras (Perrito, Misionero, Vaquera), es bueno tener un hijastro cariñoso.