La experiencia de echar un polvo mientras sale el sol es definitivamente algo que todos deberían tener. El sol saliendo y reflejándose en el mar, la brisa soplando sobre nuestros cuerpos, el canto de los pájaros, la gente despertándose y el peligro de que alguien nos viera era simplemente emocionante e inolvidable. En nuestro último viaje aprovechamos para saciar antojos que ni sabíamos que teníamos, y jugar con nuestros cuerpos cachondos al aire libre con todo este espectacular escenario fue uno de ellos. Para nosotros, fue una verdadera obra maestra, ¡y esperamos que ustedes de Lustery también tengan la misma sensación!