Bella Rolland está lavando la ropa sin pensar en la cama cuando algo brillante le llama la atención. Encuentra un brazalete desconocido contra su almohada e inmediatamente piensa que su esposo, Ryan Driller, la está engañando. Pero cuando confronta a Ryan al respecto, él admite que el brazalete fue un regalo que dejó allí a propósito para ELLA.
Bella se siente aliviada y se disculpa. Con la mente tranquila, se excusa para hacer unos mandados fuera de la casa. Pero tan pronto como ella se va, Ryan deja escapar un gran suspiro de alivio, revisando la cama dos veces para asegurarse de que nada más se haya olvidado accidentalmente…