Max Fills camina por el baño un día cuando se da cuenta de que su madrastra, Cory Chase, está haciendo algo a cuatro patas con una caja de herramientas cerca de ella. Resulta que hay un problema de plomería en el baño y como no hay plomeros disponibles para venir a arreglarlo, Cory decidió arremangarse y resolver el problema ella misma. ¿Qué tan difícil puede ser, verdad? ¿Sin fontanero? ¡Ningún problema!
Max, sin embargo, no comparte la confianza de su madrastra… ¿No debería esperar a que un verdadero profesional haga esto? ¿Qué pasa si hace algo mal y empeora el problema? Pero Cory está decidida a solucionar el problema ella misma y ahuyenta a su hijastro, asegurándole que tiene todo bajo control. Max se encoge de hombros y decide dejarla en paz.
Pero cuando una de las tuberías estalla, Max vuelve a entrar al baño y encuentra a su hijastro totalmente EMAPADO y al borde de las lágrimas, quejándose de que Max tenía razón: DEBIÓ haber esperado a un plomero. ¡Y ahora está toda MOJADA! Max se apresura a consolarla, ayudándola a quitarse la ropa mojada y secarla con una toalla. Sin embargo, cuando esto sucede, Cory y Max no pueden evitar sentir algunos sentimientos prohibidos el uno por el otro. En poco tiempo, Cory y Max ya no pueden resistirse y se juntan para tener sexo sensual y húmedo en el suelo del baño.
