Charlotte Chanel está muy ocupada preparando la casa para la inminente llegada de su hermanastra Reagan Foxx. Han pasado dos años desde que se vieron, sin mencionar que Reagan aún no conoce al hijastro de Charlotte, Oliver Davis. Reagan llega poco después y está encantada de volver a ver a Charlotte y finalmente conocer a Oliver. Charlotte y Oliver llevan a Reagan a la sala de estar, insistiendo en que se siente y se sienta como en casa…
Pero cuando Reagan se encuentra a solas con Charlotte, se propone compartir algunas de sus opiniones sobre Oliver. Es decir, cree que Charlotte debería ponerlo a trabajar en la casa. Después de todo, ¿para qué sirven los hijastros? Charlotte duda de que Oliver esté dispuesto a hacer las tareas del hogar, pero se sorprende cuando Reagan le pide que le prepare un sándwich y él obedece de inmediato. Charlotte está definitivamente intrigada; tal vez su hermanastra esté tramando algo…
Cuando pasaron unas horas, Oliver había trabajado hasta los huesos, después de haber mimado a su madrastra y a su tía madrastra sin fin. Las mujeres incluso han conseguido que les dé masajes en los pies, lo que inesperadamente lo excita visiblemente. Entonces es cuando a Reagan se le ocurre otra idea traviesa… Después de todo este trabajo, es justo que le den a Oliver la recompensa que se merece. Con un poco de ayuda de Reagan, Charlotte y Oliver pronto se verán envueltos en un enérgico trío que introducirá una dimensión completamente nueva a su dinámica familiar.
