Tras una audición lamentable de Kyle Stone dedicada exclusivamente a los chistes sobre rubias, Jana Cova y Samantha Ryan, otro par de rubias lesbianas y peligrosas, deciden pedirle que pare y le dicen que ya le llamarán… Para desquitarse de semejante espectáculo empiezan a meterse mano y al poco ya están en plena calle masturbándose la una a la otra, exhibiendo sus cuerpos perfectos y sus preciosas tetas, con las medias de seda y los zapatos de tacón puestos, comiéndose los coñitos rasurados la una a la otra y acompañando esa ardua tarea de sus manos hasta correrse.