Marina Gold está lavando la ropa y va a la habitación de su hermanastro, Raúl Costa, a ver si tiene algo para ella. Raúl es tan cerdo que tiene ropa sucia por todos lados. Marina lo sermonea, pero para él vale la pena ver a su caliente hermanastra agacharse en sus pantalones cortos. De hecho, Raúl sigue a Marina al lavadero para seguir admirando ese culazo…
Más tarde, Raúl se une a Marina donde está comiendo palomitas de maíz en el sofá. Al ver que todavía usa esos pantalones cortos ajustados, le arroja palomitas de maíz a los pies e insiste en que las recoja. Luego le pide a Marina que tome un trago de la mesa. Ella lo atrapa mirándola fijamente y se va con él. Cuando Raúl intenta acercarse y tomar un puñado del botín, Marina le dice que lo haga en su propio tiempo. Ella mantiene su actitud alta y poderosa hasta que ve cuán grande es la polla de Raúl. Luego se convierte en un juego de “Te mostraré el mío si me muestras el tuyo”.