Ashley Wolf está tan harta de su hijastro Anthony Pierce y su obsesión por el sexo. Hoy ha sacado su chub para sacar unas fotitos para enviar. Ashley lo atrapa en el acto, pero se niega a creer que las fotos en su teléfono no están editadas. Ashley ha visto la polla de su padre y no se cree para nada que su hijastro pueda estar tan bien dotado. Ella insiste en que necesita ver la realidad.
Cuando Ashley consigue su deseo de ver el verdadero negocio, queda impresionada. ¿Cómo no iba a querer darse el gusto? Cuando Anthony se ofrece a dejar que Ashley ponga su boca en ello y que no se lo dirá a su padre, Ashley titubea un poco. Ella hace que su hijastro jure que nunca lo dirá, y luego lo hace. Sin embargo, chupar ese grande no es suficiente para esta ama de casa ansiosa por la polla, por lo que Ashley sigue adelante y toma aún más.