Claire (Arietta Adams) se sorprende cuando su padrastro Gavin (Ryan Driller) llega temprano a casa de una gala en la que le entregaron un premio. No solo llega temprano a casa, sino que su esposa Tara (Audrey Madison) no se ve por ningún lado. Gavin relata con tristeza cómo Tara arruinó toda la noche, haciendo un escándalo tan grande que decidió irse por pura vergüenza. Se suponía que esta gala era sobre él, pero, por supuesto, Tara no permitiría que eso sucediera. Se detuvo para comprar joyas en el camino, por lo que llegaron tarde e incluso entregó tarjetas de presentación a todos los colegas de Gavin. Pero la gota que colmó el vaso fue cuando exigió salir temprano del evento. Gavin simplemente no podía, ¿por qué dejaría un evento en su honor antes que los demás? Es extremadamente irrespetuoso. Pero Tara no quiso escuchar. Tuvo una rabieta y salió furiosa frente a todos, dejando a Gavin solo y amargado…
Tara está desconcertada por lo que ha oído. Aunque Tara es su madre biológica, Claire siempre despreció la forma en que trata a Gavin. Es un hombre amable, inteligente y amoroso y merece más respeto del que recibe de Tara. De repente, Claire parece tener una idea. ¿Por qué no hacen una ‘mini gala’ en casa y celebran juntos todos los logros de Gavin? Ella sabe que salir con su hijastra no es tan genial como aparecer en una gala prestigiosa, pero con suerte, pueden divertirse un poco y hacer que la noche de Gavin sea tan especial como podría haber sido. Pasan por varios ‘rituales’ que habrían estado presentes en la gala, como hacer un ‘brindis’ por Gavin e incluso bailar juntos.
