Ana Rose le ruega a su padrastro Ike Diezel que la deje ir a la protesta feminista, pero él no está muy seguro. Ana elige irónicamente chupárselo para convencerlo de que la deje ir. ¡No pasa mucho tiempo antes de que se dé cuenta de que no todos los hombres son malos y que su padrastro merece un poco de cariño bajo las sábanas!