Jennifer White tiene un fin de semana ajetreado por delante. Está embarazada (pero aún no se nota) y quiere trabajar en la preparación de una habitación para su futuro paquete de alegría mientras su esposo está de viaje de negocios. De repente, es sorprendida por un golpe en la puerta de su casa. Su visitante resulta ser su vecino, Jay Romero, quien dice que está aquí para ayudar a arreglar la habitación. Jennifer parece confundida, preguntando de qué está hablando y cómo lo sabía. Jay se ve tímido y explica que su esposo le pidió que pasara este fin de semana para ayudarla con algunas tareas. ¿No le contó su esposo sobre eso?
Jennifer se enoja, dice que su esposo NO le dijo que Jay vino a ayudarla, y eso es TÍPICO de su esposo, no escuchar una PALABRA que ella dice y pensar que él sabe lo que es mejor para ella. Ella ya le DIJO a su esposo que no necesitaba ayuda este fin de semana, pero en lugar de discutir con ella, él claramente fue a sus espaldas y le pidió ayuda de todos modos, ¡y ni siquiera se lo dijo después! Jay se ve nervioso, por lo que Jennifer se detiene y le asegura a Jay que nada de esto es SU culpa y que ella sabe que él solo está tratando de ser un buen vecino. Ella se disculpa por molestarlo y lo invita a entrar, diciendo que tal vez pueda encontrar algo para que él haga.
