Con nada más que calcetines y un sostén y una tanga a juego, Katie Kush trabaja para hacerse un agujero en la entrepierna de sus jeans. Su hermanastro, Oliver Flynn, la encuentra justo cuando se quita la tanga y se pone los jeans peekaboo. Señala que Katie terminará siendo expulsada de la competencia porque la van a follar. Katie dice que tal vez lo quiera y luego echa a Oliver de su habitación con una voz de dome…
Más tarde, Katie está usando sus jeans de moda y arrodillada en la cama distraída con el teléfono cuando Oliver regresa a su habitación. Ella lo provoca con su coño, lo que implica que él es demasiado cobarde para follársela o incluso lamerle el coño. Oliver demuestra que no lo es al zambullirse de cara en esa vagina cremosa. Es un maestro con la lengua, lo que lleva a Katie a pedirle a su hermanastro que se la folle. Oliver está lo suficientemente feliz como para complacerlo desabrochando sus pantalones y empujando su tieso para un golpe de coño al estilo perrito.