Ricky Spanish está jugando cuando su madrastra, Dee Williams, lo regaña por haber hecho un desastre con todo. Frustrado, Dee comienza a recoger la basura a su alrededor, pero Ricky recibe una mirada inesperada cuando se revela que Dee no lleva bragas debajo de su falda MUY corta.
De repente, jugar videojuegos es lo último que pasa por la mente de Ricky, ya que está hipnotizado por el coño de Dee. Ahí es cuando decide darle un buen uso a su controlador de otra manera… ¡frotándolo contra los pliegues rosados de Dee!
Afortunadamente, Dee está MUY interesada en el comportamiento pícaro de Ricky y descaradamente decide jugar su propio juego.
