Sadie Summers está tramando algunas cosas sucias en su dormitorio, usando su confiable vibrador para mojar su coño. Sin embargo, sin que ella lo sepa, Diego Pérez está al final del pasillo y asoma la cabeza en la habitación. Sus ojos se abren de par en par por la excitación cuando ve las piernas de Sadie abiertas y su juguete subiendo y bajando sobre sus bragas empapadas. ¡¿Qué está haciendo?!
No queriendo arruinar el buen momento de Sadie, Diego se esconde detrás de la chimenea y comienza a masturbarse disimuladamente debajo de sus pantalones cortos. Sadie ni siquiera tiene idea de que él está allí, por lo que se aleja hasta que vislumbra brevemente el rostro de Diego a la vuelta de la esquina. Atrapada en el acto, deja escapar un grito ahogado y se cubre. Sin embargo, antes de que Diego pueda escabullirse, ella lo invita a entrar a la habitación para ver si puede calmar la situación.
No culpa a Diego por espiarla. Después de todo, ya ha crecido, por lo que los entresijos del cuerpo de una mujer no deberían sorprenderle demasiado. Pero cuando Diego menciona que nunca antes había visto un vibrador, Sadie lo invita descaradamente a usarlo con ella. Lo toma en su mano y lo guía hacia el coño de Sadie, frotándolo hasta que ella gime de placer. Viendo que Diego aprende rápido, Sadie decide pasar a algo un poco más avanzado… dejar que la dura polla de Diego se deslice dentro de su coño hasta que ella se corra.
